Durante el Foro “Hecho en México”, Querétaro fue reconocido como un referente de calidad industrial a nivel nacional e internacional. El distintivo “Hecho en México”, asociado a productos fabricados con altos estándares, ha encontrado en esta entidad un terreno fértil, gracias a su evolución en sectores clave como el metalmecánico, electrodomésticos, autopartes, y actualmente, tecnologías avanzadas como sistemas automotrices y turbinas.
Estos avances han permitido que lo producido en Querétaro tenga presencia en mercados globales, consolidando su reputación como un polo de manufactura de alto valor agregado.
El impulso al sector industrial queretano ha estado acompañado de una visión estratégica centrada en integrar a las pequeñas y medianas empresas (PyMEs) en cadenas productivas más amplias. La participación en ferias internacionales y la promoción del distintivo “Hecho en México” son herramientas que han permitido visibilizar a estas empresas más allá del mercado local, abriéndose oportunidades en el comercio exterior y fortaleciendo su capacidad competitiva. Esta inclusión no solo beneficia a las pymes directamente involucradas, sino que también genera un efecto multiplicador sobre la economía local y regional.
Querétaro se ha posicionado como un entorno favorable para la inversión gracias a su dinamismo industrial, talento técnico y una cultura empresarial orientada a la excelencia. Promover el distintivo nacional no es solamente una estrategia de imagen, sino una manera concreta de reforzar cadenas productivas y fomentar el consumo de lo que se produce en el país. Esto adquiere especial relevancia en un contexto en el que se busca reducir la dependencia de importaciones y construir una economía más autosuficiente, sólida y resiliente.
En este escenario, la industria queretana juega un papel fundamental. Su capacidad de adaptación, innovación y vinculación con mercados internacionales la convierte en un modelo replicable para otras regiones del país. La participación activa de actores industriales, empresariales y sociales en iniciativas de certificación y posicionamiento de marca país demuestra que el desarrollo económico sostenible no es producto exclusivo de políticas públicas, sino de un ecosistema colaborativo que reconoce y potencia las fortalezas locales para competir a nivel global.
