En mayo, la confianza empresarial en México mostró una leve mejoría tras cuatro meses consecutivos de caídas, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). El Indicador Global de Opinión Empresarial de Confianza (IGOEC) se ubicó en 48.7 puntos con cifras desestacionalizadas, apenas 0.1 puntos por encima del registro de abril. Aunque el repunte es marginal, es relevante por marcar un freno a la tendencia negativa observada desde principios de año. Sin embargo, el nivel del indicador se mantiene por debajo del umbral de 50 puntos, lo cual refleja que las empresas aún perciben un entorno desfavorable, con baja disposición para invertir o expandirse. La caída anual, de 5.9 puntos, refuerza esta percepción generalizada de incertidumbre, que se manifiesta en la cautela con la que operan distintos sectores económicos.
Este indicador es clave para medir el ánimo de las empresas respecto al entorno económico y sus propias perspectivas. Su evolución influye directamente en las decisiones de inversión, producción y empleo, por lo que una mejora sostenida podría traducirse en mayor dinamismo económico. No obstante, especialistas advierten que aún prevalece un contexto de incertidumbre tanto a nivel nacional como internacional, con factores como el lento crecimiento del primer trimestre de 2025, posibles reformas internas y riesgos en el comercio global, que afectan la visión de largo plazo de las compañías. En este sentido, el repunte de mayo, aunque positivo, no es suficiente para hablar de una recuperación en la confianza empresarial ni de un cambio de tendencia consolidado.
Por sectores, los resultados fueron mixtos. La industria manufacturera fue la única en reportar un avance, con un aumento de 1.2 puntos que la llevó a un ICE de 49.5. Dentro de este sector, destacó el alza de 3.6 puntos en el componente que mide si es un buen momento para invertir, aunque este rubro sigue siendo bajo con apenas 37.1 puntos. En contraste, el sector de la construcción registró una caída de 0.3 puntos, ubicándose en 46.4, acumulando ya nueve meses por debajo del umbral de confianza. La disminución se debió principalmente a una percepción más negativa de la situación económica presente de las empresas. El comercio también retrocedió, con una baja de 0.5 puntos hasta 46.8, y con el componente de inversión en su nivel más bajo (23.4 puntos). En servicios privados no financieros, el indicador se redujo en 0.1 puntos, cerrando en 49.7, debido a una caída en la percepción sobre la situación actual de las empresas, pese a una ligera mejora en las expectativas futuras.
La confianza empresarial es un componente fundamental para el desempeño económico del país. Cuando las empresas tienen una visión favorable del entorno y de su situación particular, están más dispuestas a invertir, contratar personal y ampliar operaciones, lo que a su vez impulsa el crecimiento económico. Por el contrario, una baja confianza genera comportamientos defensivos, como la contención del gasto y la postergación de proyectos, que ralentizan la recuperación económica. En este contexto, el ligero avance de mayo debe verse como un indicio positivo pero aún frágil. La evolución futura del indicador dependerá de la capacidad del entorno político y económico para ofrecer señales de estabilidad y certidumbre que permitan a las empresas operar con mayor confianza.
