En México, los principales fabricantes de camiones y autobuses como International, Scania, Freightliner, Daimler Truck y Mercedes-Benz están acelerando sus planes para aumentar la venta de vehículos pesados con bajas emisiones. Esto responde a la nueva normativa que desde el 1 de enero de 2025 establece que solo se podrán producir, importar y comercializar vehículos con motores Euro VI / EPA 10, que garantizan una reducción significativa de las emisiones contaminantes. Aunque actualmente la mayoría de los vehículos pesados en el país siguen funcionando con motores diésel, los fabricantes ya ofrecen alternativas a gas natural, eléctricos, híbridos y con celdas de hidrógeno, preparándose para la transición hacia tecnologías más limpias.
A pesar de la creciente oferta de vehículos de bajas emisiones, los datos muestran que, hasta noviembre de 2024, el 97.2% de los vehículos pesados vendidos en México fueron diésel, mientras que solo el 0.3% fueron eléctricos. Sin embargo, los autobuses eléctricos se perfilan como una opción viable para el transporte urbano y la última milla para carga, especialmente si se cuenta con la infraestructura adecuada. Empresas como Cummins, que suministran motores y componentes para vehículos pesados, están contribuyendo a la descarbonización del sector, y hoy en día tres de cada cuatro unidades de carga en México cuentan con al menos un componente de la marca.
Mercedes-Benz Autobuses también se está preparando para cumplir con las nuevas regulaciones y ha anunciado que está lista para producir autobuses tanto con motores Euro VI como eléctricos. La marca ya tiene planes de producir autobuses eléctricos en Brasil, con la posibilidad de llevar esa producción a México. Sin embargo, un desafío importante que enfrenta la industria es la importación de vehículos pesados usados desde Estados Unidos, que ha aumentado un 95.3% en lo que va de 2024. Esto representa un obstáculo para la renovación de flotas y el impulso de tecnologías más sostenibles, por lo que Anpact propone medidas como la chatarrización de vehículos de más de 10 años.
Además, otro reto crucial es garantizar el abastecimiento de diésel de ultra bajo azufre (DUBA), necesario para los motores Euro VI. Aunque actualmente hay un 80% de disponibilidad de DUBA en las estaciones de carga del país, la importación de este combustible sigue siendo alta, con 147,000 barriles diarios importados a través de Pemex. En este contexto, la industria enfrenta un periodo de transición hacia tecnologías más limpias, pero los retos de importación de vehículos usados y distribución de combustibles son aún obstáculos importantes para lograr una renovación efectiva de la flota de vehículos pesados en México.
