En junio de 2024, México registró una disminución en sus exportaciones por primera vez desde 2020, un fenómeno que ha llamado la atención de analistas y economistas. Las exportaciones del país cayeron un 5.7% en comparación con el mismo mes del año anterior, con un valor total de 48,870.7 millones de dólares. Esta caída se produjo en un contexto en el que las importaciones también disminuyeron en un 3.6%, alcanzando los 49,907.5 millones de dólares. Como resultado, se generó un déficit en la balanza comercial de 1,036.9 millones de dólares. Este déficit destaca una preocupación significativa para la economía mexicana, que históricamente ha dependido en gran medida de sus exportaciones para sostener su crecimiento económico.
La disminución en las exportaciones mexicanas se ha atribuido a varios factores, entre los que se encuentra una desaceleración en la demanda proveniente de Estados Unidos, principal socio comercial del país. Los analistas, como Gabriela Siller de Banco Base, han revisado a la baja las proyecciones de crecimiento de las exportaciones mexicanas para 2024, reduciendo la expectativa de un aumento del 3.5% a solo un 2.5%. Esta revisión se basa en la ralentización en el crecimiento del PIB estadounidense y los riesgos asociados con la evolución económica en ese mercado, así como en la trayectoria del primer semestre del año.
En el primer semestre de 2024, las exportaciones mexicanas crecieron un modesto 2.6% en comparación con el mismo período del año anterior, mientras que las importaciones aumentaron un 2.2%. Esto resultó en un déficit acumulado de 5,497.8 millones de dólares. La disminución en las exportaciones ha sido particularmente notable en el sector de manufacturas, que incluye productos automotrices y otros bienes industriales. Este deterioro en el crecimiento se debe en gran medida a la caída en la demanda de manufacturas en Estados Unidos, cuyo PIB creció un 2.8% en el segundo trimestre del año, impulsado por el consumo y la inversión, aunque con signos de posible desaceleración futura.
Las exportaciones petroleras mexicanas han sido las más afectadas, con una caída interanual de 26.8%. Este descenso refleja la vulnerabilidad del país a las fluctuaciones en los precios internacionales del petróleo y los cambios en la demanda global. Además, las exportaciones de productos manufacturados, que ascendieron a 43,766 millones de dólares, también enfrentaron una reducción anual del 4.9%. Las disminuciones más significativas se observaron en sectores como alimentos, bebidas y tabaco, equipos profesionales y científicos, y productos automotrices. En particular, las ventas de productos automotrices a Estados Unidos cayeron un 1.8%, aunque hubo un ligero incremento en las exportaciones a otros mercados. Esta situación resalta la necesidad de que México diversifique sus mercados de exportación y mejore su competitividad en un entorno económico global incierto.