Pirell, empresa italiana dedicada a la fabricación de neumáticos para automóviles, ha firmado un convenio para proteger 100 hectáreas adicionales en la Cuenca de La Esperanza, un Área Natural Protegida en Guanajuato, reafirmando su compromiso con la conservación del medio ambiente. Desde 2013, la empresa ha venido adoptando áreas de este ecosistema, empezando con 20 hectáreas y ampliando su participación en años posteriores. Este nuevo acuerdo representa una inversión de 4.1 millones de pesos para realizar acciones de conservación clave, como reforestación con especies nativas, construcción de zanjas para retención de agua, instalación de presas filtrantes y mantenimiento de cercados perimetrales.
El gerente de Seguridad, Salud, Medio Ambiente y Sustentabilidad de Pirelli, Jorge Martín Martínez, ha resaltado que este proyecto no solo contribuye a la preservación de la biodiversidad local, sino que también asegura la mejora de la recarga de los mantos acuíferos, garantizando agua de calidad para las comunidades cercanas. Además, la iniciativa generará empleo temporal para los habitantes de la región, lo que beneficia directamente a las poblaciones locales y promueve el desarrollo económico en la zona.
La Cuenca de La Esperanza, rica en biodiversidad, alberga un ecosistema de bosque de encino y una fauna diversa que incluye especies como el venado cola blanca, el gato montés y el murciélago nariz larga. La protección de este espacio es fundamental para asegurar la conservación del patrimonio natural de la región, que no solo es vital para la fauna y flora locales, sino también para las generaciones futuras, que dependerán de estos recursos naturales para su bienestar.
Este tipo de proyectos subraya la creciente importancia de la responsabilidad social empresarial en México, donde las empresas no solo deben enfocarse en su rentabilidad, sino también en su impacto ambiental y social. El compromiso de Pirelli con la sustentabilidad es un ejemplo de cómo el sector privado puede contribuir significativamente a la preservación de los recursos naturales, alineándose con las necesidades de las comunidades y el bienestar colectivo. Iniciativas como esta demuestran que la responsabilidad social no es solo una obligación ética, sino una oportunidad para fortalecer la relación entre las empresas, la sociedad y el medio ambiente.