
“La innovación no solo está en la tecnología que desarrollamos, sino en cómo logramos que cada ajuste, cada proceso, sea más eficiente para aprovechar el tiempo y los recursos, cuidando siempre el medio ambiente y apostando por el talento local (…) Somos muy orgullosos de nuestro crecimiento y de lo que podemos aportar al mercado; aquí en Querétaro seguimos impulsando la innovación con respeto por el entorno y la comunidad”
En la industria del plástico, Innovet se destaca como un claro ejemplo de innovación, calidad y compromiso con el desarrollo sustentable en México. Esta empresa mexicana, con sede en Querétaro, se ha consolidado como un referente en la fabricación de empaques y piezas plásticas de alta precisión para sectores tan exigentes como el automotriz y farmacéutico. Innovet no solo transforma materia prima nacional en productos de primer nivel, sino que también impulsa la economía circular y promueve prácticas responsables, lo que coloca a México en un lugar destacado dentro de la manufactura global. Acompáñanos a conocer en detalle cómo, a través del talento y la tecnología, esta empresa lleva el nombre de México a lo más alto.
En conversación con Sylvain Bourloton, director de Innovet, quedó claro que uno de los pilares fundamentales del éxito de la empresa es el uso exclusivo de materia prima nacional. Esta llega en dos presentaciones, dependiendo del tipo de producto: en rollos para procesos automáticos y en placas rígidas cuando se requieren mayores espesores.
Más allá de la calidad de los insumos, Innovet ha logrado diferenciarse por su compromiso ambiental. La empresa ha adoptado un modelo de economía circular que permite reincorporar al proceso productivo los residuos generados durante la fabricación. Estos materiales son recolectados, enviados a empresas especializadas para su procesamiento y posteriormente regresan a la planta como materia prima reutilizable.
“Ahorita el 100% de nuestros proveedores son nacionales (…) Todos estos recortes que representan normalmente casi entre 25 y 35% del peso de la pieza, tenemos un proceso de reciclado y estamos muy comprometidos con la economía circular y el medio ambiente (…) Se va con un proveedor cliente que nos recibe nuestros desechos, lo procesa y lo recibimos de nuevo como materia prima”, explicó Bourloton.
El proceso de fabricación inicia con la lámina plástica que es calentada en hornos especializados. Dependiendo del tipo de máquina y el espesor del material, esta lámina puede pasar por uno o dos hornos hasta alcanzar la temperatura adecuada que la vuelve maleable. Posteriormente, esta lámina caliente se coloca sobre moldes de aluminio que se mantienen enfriados a una temperatura aproximada de 5 grados centígrados. Gracias a un sistema de succión al vacío, el plástico toma la forma exacta del molde, y el contacto con el aluminio frío permite que se enfríe y endurezca rápidamente, asegurando una alta precisión y calidad en cada pieza. Este método de termoformado es clave para que Innovet pueda fabricar productos que cumplan con las exigencias técnicas y estéticas de sus clientes.
Una vez moldeadas, las piezas pasan al proceso de suaje, donde se recortan para separar el producto final del excedente plástico. Todo el scrap generado en esta etapa es separado y gestionado externamente para su reciclaje, asegurando que ningún residuo se desperdicie y contribuyendo al objetivo de cero impacto ambiental. Este ciclo de producción responsable es parte fundamental de la filosofía de Innovet, que busca armonizar la productividad con la sustentabilidad.
Mirando hacia el futuro: innovación continua y adaptación a regulaciones ambientales
La planta de Innovet está equipada con una variedad de maquinaria que combina tecnología automática, semiautomática y manual. Esta diversidad permite atender desde grandes producciones en línea continua, procesando rollos con máquinas automáticas ideales para volúmenes elevados, hasta la fabricación de piezas más pequeñas, complejas o prototipos que requieren procesos manuales especializados, como la elaboración de ángulos negativos. Una máquina especialmente destacada es la denominada MAX 18, desarrollada internamente en el año 2018, con talento de ingenieros de la planta, la cual incorpora una doble estación de trabajo. Esta innovación tecnológica reduce significativamente los tiempos de cambio entre procesos y maximiza la productividad, mostrando el espíritu de mejora continua que caracteriza a Innovet. Además, la planta cuenta con máquinas de gran formato, capaces de procesar piezas que superan un metro de ancho y hasta tres metros de largo, lo que les permite ofrecer soluciones a la medida para productos con dimensiones especiales.
Pero no todo son máquinas y herramientas, todo el proceso de un producto inicia desde antes de entrar al área de producción. El desarrollo de nuevos productos es un proceso meticuloso que inicia con la recolección detallada de los requerimientos del cliente por parte del equipo comercial. A partir de esta información, dentro del área de diseño de Innovet, se trabaja con software especializado como SolidWorks para crear propuestas y modelos en 3D, integrando incluso los archivos proporcionados por los clientes para garantizar la máxima precisión. Un vez aprobado el prototipo 3D, los moldes necesarios para la producción se fabrican internamente en la zona de maquinado de la planta, donde además se realizan pruebas, muestras y validaciones exhaustivas para asegurar que el producto final cumpla estrictamente con las especificaciones antes de pasar a la producción en serie. Este control riguroso es fundamental para mantener los altos estándares de calidad que distinguen a Innovet en la industria.
Con más de 3,200 metros cuadrados de planta y un equipo humano de 55 colaboradores altamente capacitados, Innovet no solo se dedica a la fabricación de piezas plásticas, sino que también ofrece servicios complementarios como el acondicionamiento y la modificación de contenedores plásticos, ampliando así su portafolio y capacidad de respuesta ante las necesidades específicas de sus clientes.
El director de Innovet destacó que la empresa ha obtenido certificaciones clave y ha sido reconocida como una empresa socialmente responsable, lo que refleja su firme compromiso con la calidad, así como con el bienestar social y el cuidado del medio ambiente.
“Tenemos ISO 9001 (…) Hace 5 años recibimos distintivo de empresa socialmente responsable (…) Estamos procesando para recibir el Sello Tres de Querétaro, que es un tema ambiental a donde nos comprometimos a compensar nuestra emisión de CO2”, dijo Bourloton durante la entrevista.
Mirando hacia el futuro, Innovet está diversificando su oferta para incluir piezas retornables y productos de gran formato, en respuesta a las nuevas regulaciones ambientales y a las exigencias cambiantes del mercado. Asimismo, la empresa planea abrir una nueva planta en el norte de México con el objetivo de atender los mercados regionales y potenciar su capacidad de exportación.
“Tenemos una visión de proyección para atender el mercado norte, que sería en Monterrey o cerca de ahí. Para el último semestre de 2025, probablemente abriremos una nueva planta en el norte del país. Esperamos contar con una planta que pueda atender esta región, ubicada muy cerca de la frontera”, comentó el director.
Así, gracias al compromiso y talento de sus colaboradores, Innovet sigue transformando la materia prima nacional en productos que no solo cumplen con los más altos estándares de calidad, sino que también impulsan la sustentabilidad y la innovación. De esta manera, la empresa lleva con orgullo el nombre de México a la industria global, demostrando que el futuro de la manufactura está en manos de quienes apuestan por la excelencia y el desarrollo responsable.