BYD, el reconocido fabricante chino de vehículos eléctricos, está avanzando en su estrategia de expansión global con la apertura de una nueva planta en México. Actualmente, la compañía ha reducido a tres los estados candidatos para albergar esta inversión millonaria. Esta elección es crucial para la firma, que busca maximizar la eficiencia y los beneficios operativos de su futura fábrica.
El proceso de selección se centra en factores clave como la logística, la infraestructura urbana y el acceso a recursos esenciales como agua y gas. Jorge Vallejo, director de BYD en México, ha destacado que la compañía está evaluando detalladamente cada propuesta, no solo por el espacio disponible, sino también por la calidad de la infraestructura y la conectividad de transporte, elementos fundamentales para el funcionamiento de una planta automotriz.
Aunque BYD había considerado la posibilidad de exportar sus vehículos a otros países de la región, la fábrica en México estará orientada principalmente a cubrir la demanda local. La decisión de no entrar indirectamente en el mercado estadounidense, dado el contexto de altos aranceles para los coches chinos, subraya el enfoque estratégico de la empresa en el mercado mexicano.
“Una planta no se trata solo de tener el espacio, sino la logística, todo el desarrollo, la infraestructura urbana que se genera, el agua, el gas, todo lo que se necesita para una planta automotriz”, aseguró el director de BYD en México, Jorge Vallejo, en declaraciones a la reconocida agencia de noticias.
Comentó que a la hora de elegir la ubicación definitiva de la fábrica en México, la compañía probablemente tendrá en cuenta aspectos como las vías de comunicación terrestre, el acceso a proveedores y la disponibilidad de mano de obra.
La competencia entre los estados para atraer esta inversión incluye ofertas de incentivos fiscales y acceso a terrenos. Aún quedan preguntas por resolver, como la magnitud exacta de la inversión y los modelos específicos que se fabricarán, solo se sabe que estarán fabricando autos eléctricos dejando en espera a los híbridos. Sin embargo, lo que está claro es que esta planta representará un avance significativo para BYD en Norteamérica y contribuirá al desarrollo de la industria automotriz en México.
La instalación en México obedece a un plan de expansión a nivel mundial. En Hungría, por ejemplo, ya se encuentra en marcha la construcción de un centro de producción que promete convertirse en el HUB de las operaciones europeas. En tanto, en Brasil, la gigante asiática espera producir 150.000 unidades por año en unas antiguas instalaciones de Ford.